5:33 am
5:33 am
divannimolotov
En una ranchería
en la perifería zigzagueante
de una ciudad que no existe
pero que tiene albas
y tiene nombre agudo
canta el gallo
sin que nadie se lo pida
cae la lluvia
por principios de raras convecciones
en conocidos pasajes.
Pero en mi fuero externo
¿Qué pasa?
Baja tu cuerpo que contonea
canta tu voz en cada sílaba
y yo sordo, ciego y ebrio
ahogado en aguas
disperso en lo que no tengo
como queriendo saludar
dibujando alegrías
pero es una mueca en la cara
un despido. Me despido
.
Me basta invocar
el menos común de mis sentidos
para encontrarte, no sólo atestiguando
en algunas sesiones de ultratumba
sino invocando mi nombre.
Hoy que departo, hay cierto respeto.
Ciertamente esta tarde
no tendré que pasar a tu boca
porque me quedo, aunque me vaya.
El tiempo te dirá en verdad
si estuve sordo o estuve ciego.
Caen los chubascos, sube el ánimo
permanece tu bolso de mano
cosméticos que me detienen
un espejo metálico, el retrato triangulado
polvos, tu lipstick y un grato grito silencioso
sobre las sienes, tu sabes, es el recuerdo.
Ciao, ciao mientras el gallo da su último rito
y apenas es el primer ritmo que se amanece.
A mi me queda toda la siguiente noche
.
Duermo
y mis ojos permanecen abiertos
.
.
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